¿Qué es la hipertensión arterial, y que provoca?

La hipertensión arterial (HTA), el término médico para la presión arterial alta, es conocida como «la muerte silenciosa». Muchas personas sufren de hipertensión y la mayoría de ellos ni siquiera lo saben. Sin tratamiento, la presión arterial alta aumenta predisponiendo el riesgo sufrir de un ataque al corazón o de un accidente cerebrovascular (trombosis o derrame cerebral).

Y es que la hipertensión arterial es una patología crónica que consiste en el aumento de la presión arterial. Una de las características de esta enfermedad es que no presenta unos síntomas claros y que estos no se manifiestan durante mucho tiempo. Sin embargo, la hipertensión es una patología tratable. 

El corazón bombea sangre a través de una red de arterias, venas y capilares. La sangre en movimiento empuja contra las paredes de las arterias y esta fuerza se mide como presión arterial. En otras palabras para que la sangre llegue a todas las partes de nuestro organismo, debe vencer unas resistencias (creadas por la propia red arterial) que se oponen a la circulación. 

Las primeras consecuencias de la hipertensión las sufren las arterias, que se endurecen a medida que soportan la presión arterial alta de forma continua, se hacen más gruesas y puede verse dificultado al paso de sangre a través de ellas. Esto se conoce con el nombre de arterioesclerosis.

La presión arterial alta se clasifica como:




La HTA puede afectar a la salud de cuatro maneras principales:

  • Pérdida de elasticidad de las arterias: La presión dentro de las arterias puede aumentar el grosor; este aumento del grosor, reduce la luz vascular, es decir, hace más estrechas las arterias.
  • Hipertrofia y dilatación del corazón: La hipertensión obliga al corazón a trabajar con más intensidad lo que provoca que el corazón aumenta su grosor. Es lo que llamamos hipertrofia. 
  • Daño renal: La hipertensión prolongada puede dañar los riñones si las arterias que los riegan se ven afectadas.
  • Daño ocular. La hipertensión puede generar rupturas en los pequeños capilares de la retina del ojo, ocasionando derrames. Este problema se denomina «retinopatía».

¿Qué factores causan HTA?

Aproximadamente el 95% de todos los casos de HTA constituyen lo que se denomina hipertensión primaria o esencial: esto significa que se desconoce la verdadera causa de la presión arterial alta. La hipertensión arterial primaria está provocada por la interacción de diversos factores genéticos y ambientales que alteran el funcionamiento de uno o de más de entre los sistemas participantes en la regulación de la presión arterial, lo que provoca que la presión arterial se mantenga en un nivel más elevado. El riesgo de sufrir de hipertensión es mayor si la persona:

  • Tiene antecedentes familiares de hipertensión.
  • La raza: Los afroamericanos tienen una mayor incidencia de hipertensión arterial que los blancos, y la enfermedad suele aparecer a menor edad y ser más grave.
  • El sexo: El Masculino; en las mujeres el riesgo es mayor después de los 55 años.
  • Edad: Mayor de 60 años. Los vasos sanguíneos se debilitan con los años y pierden su elasticidad.
  • Estilo de vida: Niveles altos de estrés. Según algunos estudios, el estrés, la ira, la hostilidad y otras características de la personalidad contribuyen a la hipertensión. Los factores emocionales muy probablemente contribuyan al riesgo de ciertas personas que presentan otros factores de riesgo de hipertensión.
  • Sobrepeso u obesidad y si es fumador. Usa anticonceptivos orales. Las mujeres que fuman y usan anticonceptivos orales aumentan considerablemente su riesgo.
  • Dieta: Lleva una alimentación alta en grasas saturadas; una alimentación alta en sodio (sal). Beber más de una cantidad moderada de alcohol.
  • El sedentarismo.


Cuadro clínico:

En general es asintomática. Puede aparecer cefalea, alteraciones del sueño, cansancio fácil. En la mayoría de los enfermos el examen físico no revela alteraciones significativas, salvo la elevación de la presión arterial. 


Diagnóstico:

El proceso diagnóstico incluye:

1) Confirmación del diagnóstico de la hipertensión arterial

2) Determinación de la causa (primaria o secundaria)

3) Valoración del riesgo cardiovascular, complicaciones orgánicas y de las enfermedades acompañantes.

Exploraciones complementarias

1. Medición de la presión arterial: para estimar los valores de presión arterial en el paciente se tiene que realizar mediciones de 5 a 7 días continuos a horas diferentes e irlas anotando para ver las fluctuaciones y poder determinar si es o no un paciente hipertenso.

2. Pruebas de laboratorio son obligatorias en cualquier paciente:

a) Hemogramas: nivel de hemoglobina y/o hematocrito.

b) Química Sanguínea: niveles séricos de sodio, potasio, glucosa (en ayunas), creatinina, ácido úrico, colesterol total, HDL, LDL, triglicéridos

c) Examen de orina.

3. Electrocardiograma.

Prevención:

Tener hábitos de vida saludable y, sobre todo, evitar el sobrepeso y la obesidad son los principales factores para prevenir la aparición de la hipertensión.

Llevar una dieta sana y practicar ejercicio puede ayudar a que la población general esté exenta de sufrir esta patología.

Tratamientos:

A la hora de tratar la hipertensión hay dos bloques fundamentales de acciones a realizar:

Mejora de los hábitos de vida:

El paciente tiene que llevar una dieta saludable, disminuir el consumo de calorías, de azúcares y grasas y aumentar la práctica de ejercicio físico. Estas dos prácticas tienen como resultado un mejor control del peso y si el peso está bien controlado es una manera sencilla de controlar la hipertensión.

Tratamientos farmacológicos:

En caso de que los cambios de los hábitos de vida no funcionen, hoy en día existen tratamientos farmacológicos que son muy útiles para controlar la presión arterial. Inicialmente estos tratamientos comienzan con un solo fármaco. No obstante, en algunos casos esta medida no es suficiente y necesitan combinar con dos o tres medicinas para controlar la presión arterial. Debido a que la hipertensión arterial es una enfermedad crónica, es fundamental que los pacientes sean constantes con los tratamientos. 

Según los datos de la Seh-Lelha, el 90 por ciento de los pacientes diagnosticados de hipertensión no lleva a cabo las recomendaciones de los especialistas en materia de higiene o dieta y el 50 por ciento no sigue los tratamientos que tienen prescritos. Esto se debe a que como es una patología que se padece durante muchos años, los pacientes tienden a relajarse con las instrucciones que le da el médico.