Hipertensión en el Embarazo

La presión arterial se mide con dos números: el número superior (primero que escuchamos) es la presión cuando el corazón se contrae y el número inferior (segundo que escuchamos) es la presión cuando el corazón se relaja. La presión arterial alta sucede cuando el número superior es 140 o más o cuando el número inferior es 90 o más. Su presión arterial puede subir o bajar durante el día.

Algunas mujeres tienen alta presión arterial antes de quedar embarazada. Otras desarrollan alta presión arterial por primera vez durante el embarazo. Alrededor de 8 de cada 100 mujeres (8 por ciento) tienen algún tipo de alta presión arterial durante el embarazo; por lo cual se clasifica de la siguiente manera:

1.  Hipertensión crónica: Es la alta presión arterial que la paciente ya tiene antes de quedar embarazada o que se manifiesta antes de las 20 semanas de embarazo; y no desaparece una vez que el bebé nazca. Alrededor de 1 de cada 4 mujeres con hipertensión crónica (25 por ciento) desarrolla preeclampsia durante el embarazo.

2.  Hipertensión gestacional: Es un tipo de alta presión arterial que sólo tienen las embarazadas. Este problema comienza después de las 20 semanas de embarazo y desaparece después de que nace el bebé. 

No se sabe con exactitud cómo prevenir la hipertensión gestacional. Pero si hay sobrepeso u obesidad; es por eso la importancia de lograr un peso saludable antes del embarazo para reducir las probabilidades de tener este problema.; además de comer alimentos sanos, mantenerse activa y lograr un peso sano después del embarazo pueden ayudar a prevenir la  hipertensión arterial en el futuro.

La preeclampsia es otro tipo de hipertensión que aparece durante el embarazo. Viene acompañada de presencia de proteínas en la orina. La preeclampsia se diagnostica y se trata de manera diferente a los otros tipos de hipertensión.

Las mujeres con hipertensión crónica tienen más probabilidad de presentar problemas graves durante el embarazo. Sin embargo, los siguientes problemas ocurren con mayor probabilidad siempre que exista hipertensión, sea crónica o gestacional:

Preeclampsia: Sucede cuando la mujer embarazada tiene alta presión arterial y señales de que algunos de sus órganos, como los riñones y el hígado, no están funcionando bien. Las señales y los síntomas de la preeclampsia incluyen: tener proteína en la orina, dolores de cabeza intensos, cambios en la visión, entre ellos, visión borrosa o sensibilidad a la luz, dolor en la parte superior del abdomen, por lo general, debajo de las costillas en el lado derecho y/o falta de aire, causada por la presencia de líquido en los pulmones.

Nacimiento prematuro: Es el nacimiento que sucede muy temprano, antes de las 37 semanas de embarazo. 

Bajo peso al nacer: Esto sucede cuando el bebé pesa menos de 5 libras y 8 onzas. La alta presión puede constreñir los vasos sanguíneos del útero (matriz). Es posible que el bebé no reciba suficiente oxígeno y nutrientes, lo cual hace que crezca más lentamente.

Desprendimiento de la placenta: Esta es una condición seria en donde la placenta se desprende de la pared del útero antes del nacimiento. Si esto sucede, es posible que el bebé no reciba suficiente oxígeno y nutrientes. También puede existir sangrado vaginal serio.

Otras complicaciones: Eclampsia (convulsiones debidas a preeclampsia grave); Empeoramiento de la hipertensión arterial; Accidente cerebrovascular; Insuficiencia renal; insuficiencia cardíaca; Muerte Fetal.

Tratamiento:

Para la hipertensión entre leve y moderada, reducción de la actividad y, si es necesario, medicamentos antihipertensivos

Para la hipertensión más grave, fármacos antihipertensivos

Los fármacos se pueden indicar o no según la gravedad de la hipertensión y el buen funcionamiento de los riñones. El uso y la elección de los fármacos para tratar la hipertensión crónica y la hipertensión gestacional son similares. Sin embargo, la hipertensión gestacional a menudo se produce al final del embarazo y no requiere tratamiento con fármacos.

El tratamiento de la hipertensión arterial leve a moderada (140/90 a 159/109 mm Hg [milímetros de mercurio]) depende de muchos factores. Se recomienda la reducción de la actividad física para ayudar a disminuir la presión arterial. Si con la reducción de la actividad no logra disminuirse la presión arterial, muchos expertos recomiendan el tratamiento con fármacos antihipertensivos, aunque no está claro si los beneficios de estos medicamentos superan sus riesgos.

Si la hipertensión es grave (igual o superior a 160/110 mm Hg) se recomienda el tratamiento con fármacos antihipertensivos. El tratamiento puede reducir el riesgo de accidente cerebrovascular y otras complicaciones debidas a una presión arterial alta.

En caso de presión arterial muy alta (180/110 mm Hg o más), se explora a la mujer de inmediato porque el riesgo de complicaciones para la mujer y/o el feto es elevado. Si las mujeres desean continuar el embarazo a pesar del riesgo, a menudo se requieren varios fármacos antihipertensivos. Además pueden ser hospitalizadas hacia el final del embarazo. Si el estado de salud empeora, los médicos pueden recomendar la interrupción del embarazo.

La mayoría de los fármacos antihipertensivos utilizados para tratar la hipertensión pueden utilizarse con seguridad durante el embarazo. Entre estos factores se incluyen los siguientes: 

  1. Metildopa
  2. Los betabloqueantes
  3. Bloqueantes de los canales de calcio
  4. Si otros fármacos son ineficaces a las mujeres con hipertensión crónica se les puede administrar diuréticos de tiazida (como hidroclorotiazida) durante el embarazo

·    La alta presión arterial por lo general no causa síntomas. Lo ideal es recomendar a toda paciente embarazada que visite nuestras salas de FASANI ir todos sus controles prenatales y ofrecer nuestro servicio de toma de presión y consulta médica.