Sufres de ¿Alopecia o caída del cabello?

Descubre con nosotros la diferencia entre estos dos términos que pueden generarte confusión.

Al igual que nos ocurre con la piel, las características del pelo varían de unas personas a otras por lo que no hay normas que valgan para todos, sino que hay que adaptarse a las condiciones individuales de cada cabello.

¿Pero cuál es la diferencia entre caída del cabello y alopecia?

La caída de cabello significa constatar el desprendimiento de un número de cabellos llamativo a la más mínima tracción y alopecia se refiere a la disminución del número de folículos pilosos por área. Se considera fisiológica una caída diaria de hasta 100-150 pelos, cifra que puede elevarse en determinadas épocas del año. La caída de cabello no necesariamente puede y suele conducir a una alopecia.



En general el pelo debe lavarse siempre que esté sucio, si es necesario a diario. De hecho, un pelo con mucha seborrea (grasa) puede favorecer determinadas patologías y promover infecciones. Lo que debemos evitar es ser agresivos con el lavado, en general la seborrea capilar se elimina con facilidad con los shampoo de uso diario.

Los productos químicos tipo tintes, espumas… pueden utilizarse en su justa medida, sin abusar de ellos y siempre que sean suaves y no agresivos. Los acondicionadores y mascarillas resultan útiles para mantener el cabello hidratado, hay que evitar el uso excesivo de mascarillas que puede dar un aspecto “engrasado”

En periodos de estrés el pelo en fase de crecimiento entra de forma precoz en la última fase del ciclo del cabello, produciendo una caída exagerada y una disminución en el grosor de la fibra capilar. Por otro lado, tanto el estrés como el tabaco pueden generar vasoconstricción de los vasos sanguíneos del bulbo capilar disminuyendo el aporte de nutrientes al cabello.

En lo que se refiere a la alimentación al igual que nuestra salud en general, el cabello también se beneficia de una dieta adecuada. Determinadas carencias como el déficit de hierro pueden favorecer la caída del pelo.

Las alopecias se clasifican en:

Alopecia no cicatricial: no es definitiva ya que el lugar donde nace el pelo, el folículo piloso, no se destruye, por lo que es recuperable. Son las más comunes y por lo general tienen tratamiento.

Alopecia cicatricial: es irreversible porque el folículo piloso si se destruye. Suelen ser de causa inflamatoria, infecciosa o traumática. El tratamiento pasa por detectar y detener el proceso que origina la caída cuanto antes. Dentro de esta clasificación existen también diversos tipos de alopecia, pero vamos a hablar de las dos más frecuentes: la androgénica, también llamada androgenética y el efluvio telógeno.

La alopecia androgénica: Es la más común, sobre todo en los hombres. Aunque no es cicatricial, la alopecia androgénica progresa lentamente y es irreversible. El pelo normal se va sustituyendo por uno más fino que después se cae, lo que provoca una pérdida difusa de cabello. Las causas son genéticas y hormonales, generalmente por la acción de las hormonas masculinas sobre el cuero cabelludo.

La alopecia androgénica afecta a diferentes áreas, según el sexo:

Mujeres: la caída es mayor en la zona central de la cabeza y no aparecen entradas.

Hombres: presentan entradas y pérdida de pelo en la coronilla.

Se suele asociar a dermatitis seborreica (picor y descamación del cuero cabelludo), ya que las hormonas masculinas también actúan sobre las glándulas sebáceas.

Efluvio telógeno: Este tipo de alopecia provoca la caída de entre el 30% y el 50% del cabello entre 2 y 4 meses después de que un factor desencadenante actúe sobre el folículo piloso. Típicamente se nota al peinarse o en la ducha. Las causas son numerosas: estrés, anticonceptivos hormonales, cirugías, dietas, fiebre alta, hemorragias, posparto, déficit de hierro, etc. Es reversible ya que el cabello vuelve a salir en un período de entre 6 y 12 meses.

¡Espero que esta información sea de utilidad para ti y tu familia!